08 mayo 2011

Inercia o obligación


Como evita el ventilador
girar para el lado que no quiere girar.
lo veo a la una y da la misma vuelta
me regala distinto aire pero parecido
sus diferencias no puedo verlas.
lo veo a las 3 y no cambia nada
solo la sombra o la temperatura,
y son cosas que no dependen de él.
Como saber si debe transformar  
o es lo que le conviene vivir. 

03 mayo 2011

Marchita







Se calentó la flor
         ha muerto.
Se marchito la cerveza,
Ha dejado de sudar
           Hay que quebrarla.

La silla vacía se enfrió
Pero alguien le ha regalado un peo
Que durará hasta que llegues.

Todo se ha marchitado
Esperando que llegaras con coraje.
En mis pensamientos, todavía sigues
Siguen esperándote
Y volverás a llegar cobarde.

14 abril 2011

13 abril 2011

tres puntos

Aunque no se escriba la primera letra,
Hay que cerrar con broche de oro.
Nada mejor que puntos suspensivos
Marcados con la punta de la lengua.




16 febrero 2011

Solo un objeto

El último sonido antes de marcharse fue el clic del interruptor. Aparte, de sus pasos cuando cerraba la puerta. Dejando la presencia de su olor y una luz opaca que me empezaba a acompañar.

Solo quedó esa temperatura tibia que no va a durar más de un minuto, luego que ese  sonido insípido que me atormenta, entre calándome en el fondo de mis complementos. Haciéndome recordar, ese metal afilado que hizo música y transformó la naturaleza. Nadie lloro cuando me cortaban, ni cuando las hojas de mis ramas  siendo verdes cayeron al piso a morir lentamente, ni se lloro por las hormigas que quedaron ahogadas por el aserrín. Y veo como sus lágrimas han caído en mi piel varias veces.

Quedo el olor de la piel y aquel silencio perturbador que no deja que mis gritos se escuchen.
La copa y sus gotas de vino me llama para que las bese, pero si intento agarrarla, la manta que  calienta mis patas y que sigue conservando el sudor de ella, ya no podrá darme más calor.

Y puedo ver esos pensamientos que abandonaste. Caminan por la cortina, se trepan tratando de escapar por la ventana para brincar al vacio.

Solo he de quedar, aunque los objetos no tangibles se apoyan en mí respaldar. ¡Nunca estuve acompañado! Quien se fue nunca estuvo más que con su vino en su boca y lo que iba a su cerebro. Y las gotas que corrieron por su mejilla. Y el frio que sintió, sintiéndose sola mientras yo la veía.

¡Protesto! Yo que aguanto todo el peso, sus lágrimas, su espalda cansada, y el olor de cigarro cuando fuma sobre mí después de haberse masturbado.

Si somos dos seres inmortales, si, inmortales. A mi me mato la sierra con ese metal frio y filoso, y sigo en esta vida transformado y jugando en su camino. A ella la mató la soledad y sus pensamientos siguen vivos por él.

¿Por qué razón me deja? Y esa cortina sin olor e insípida que me acaricia cada minuto y vuelve a su eterna pared, me dice con palabras mudas y sonidos perturbadores que la deje ir.

Solo quedo en el suelo las cenizas, en mi su olor y ese frio que me hace sentir acompañado.
Solo quedé pensando en quien nunca estuvo y cuando llegue, volverá a verme como solo un objeto, volverá a apoyar su cuerpo sin sentir mis manos, ni el susurro que empieza a correr por su espalda e intento que llegue a su oído para hacerle notar que la acompaño...

26 enero 2011

Fragmento del Cántaro Roto - Octavio Paz

Espero les guste, la parte final de "El Cántaro Roto" de Octavio Pazun poetaescritorensayista y diplomático mexicano, fue miembro de El Colegio Nacional y ganador del premio Nobel de Literatura (1990).


....Hay que dormir con los ojos abiertos, hay que soñar con las manos,
soñemos sueños activos de río buscando su cauce, sueños de
     sol soñando sus mundos,
hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces,
     tronco, ramas, pájaros, astros,
cantar hasta que el sueño engendre y brote del costado del
     dormido la espiga roja de la resurrección,
el agua de la mujer, el manantial para beber y mirarse y
     reconocerse y recobrarse,
el manantial para saberse hombre, el agua que habla a solas
     en la noche y nos llama con nuestro nombre,
el manantial de las palabras para decir yo, tú, él, nosotros,
     bajo el gran árbol viviente estatua de la lluvia,
para decir los pronombres hermosos y reconocernos y ser
     fieles a nuestros nombres
hay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba,
más allá de la infancia, más allá del comienzo, más allá de las
     aguas del bautismo,
echar abajo las paredes entre el hombre y el hombre, juntar
     de nuevo lo que fue separado,
vida y muerte no son mundos contrarios, somos un solo tallo
     con dos flores gemelas,
hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro y
     también hacia afuera,
descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodía
     y arrancarle su máscara,
bañarse en luz solar y comer los frutos nocturnos, deletrear la
     escritura del astro y la del río,
recordar lo que dicen la sangre y la marea, la tierra y el
     cuerpo, volver al punto de partida,
ni adentro ni afuera, ni arriba ni abajo, al cruce de caminos,
     adonde empiezan los caminos,
porque la luz canta con un rumor de agua, con un rumor de
     follaje canta el agua
y el alba está cargada de frutos, el día y la noche reconciliados
     fluyen como un río manso,
el día y la noche se acarician largamente como un hombre y
     una mujer enamorados,
como un solo río interminable bajo arcos de siglos fluyen las
     estaciones y los hombres,
hacia allá, al centro vivo del origen, más allá de fin y comienzo.


México, 1955
Imagen: © Richard Franck Smith/Sygma/Corbis