16 febrero 2011

Solo un objeto

El último sonido antes de marcharse fue el clic del interruptor. Aparte, de sus pasos cuando cerraba la puerta. Dejando la presencia de su olor y una luz opaca que me empezaba a acompañar.

Solo quedó esa temperatura tibia que no va a durar más de un minuto, luego que ese  sonido insípido que me atormenta, entre calándome en el fondo de mis complementos. Haciéndome recordar, ese metal afilado que hizo música y transformó la naturaleza. Nadie lloro cuando me cortaban, ni cuando las hojas de mis ramas  siendo verdes cayeron al piso a morir lentamente, ni se lloro por las hormigas que quedaron ahogadas por el aserrín. Y veo como sus lágrimas han caído en mi piel varias veces.

Quedo el olor de la piel y aquel silencio perturbador que no deja que mis gritos se escuchen.
La copa y sus gotas de vino me llama para que las bese, pero si intento agarrarla, la manta que  calienta mis patas y que sigue conservando el sudor de ella, ya no podrá darme más calor.

Y puedo ver esos pensamientos que abandonaste. Caminan por la cortina, se trepan tratando de escapar por la ventana para brincar al vacio.

Solo he de quedar, aunque los objetos no tangibles se apoyan en mí respaldar. ¡Nunca estuve acompañado! Quien se fue nunca estuvo más que con su vino en su boca y lo que iba a su cerebro. Y las gotas que corrieron por su mejilla. Y el frio que sintió, sintiéndose sola mientras yo la veía.

¡Protesto! Yo que aguanto todo el peso, sus lágrimas, su espalda cansada, y el olor de cigarro cuando fuma sobre mí después de haberse masturbado.

Si somos dos seres inmortales, si, inmortales. A mi me mato la sierra con ese metal frio y filoso, y sigo en esta vida transformado y jugando en su camino. A ella la mató la soledad y sus pensamientos siguen vivos por él.

¿Por qué razón me deja? Y esa cortina sin olor e insípida que me acaricia cada minuto y vuelve a su eterna pared, me dice con palabras mudas y sonidos perturbadores que la deje ir.

Solo quedo en el suelo las cenizas, en mi su olor y ese frio que me hace sentir acompañado.
Solo quedé pensando en quien nunca estuvo y cuando llegue, volverá a verme como solo un objeto, volverá a apoyar su cuerpo sin sentir mis manos, ni el susurro que empieza a correr por su espalda e intento que llegue a su oído para hacerle notar que la acompaño...

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